Por el Comité Editorial Blog IVI Dono
La disfunción eréctil o impotencia hace referencia a la incapacidad para lograr una erección y mantener relaciones sexuales completas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 100 millones de hombres en el mundo sufren este problema. A pesar de su alta incidencia, la gran mayoría de afectados no solicita atención médica debido a los tabús que todavía existen al respecto. A continuación, explicaremos cómo es la disfunción eréctil y los tipos de impotencia. También veremos las causas y los síntomas más frecuentes de esta afección, así como los tratamientos disponibles.
Tabla de contenidos
¿Cómo es la disfunción eréctil y qué tipos hay?
La disfunción eréctil (DE), también conocida como impotencia sexual, es una enfermedad benigna que se caracteriza por la dificultad de mantener una erección el tiempo suficiente para tener una relación sexual satisfactoria. Aunque puede aparecer en cualquier momento de la vida del varón, el riesgo de sufrir este problema se incrementa con la edad. De hecho, el porcentaje de afectados de entre 40 y 49 años es de un 14 %, mientras que de 50 a 59 años aumenta hasta un 25 %, y alcanza un 49 % en el caso de los varones de 60 a 69 años. A su vez, esta alteración es más común en hombres fumadores o con enfermedades como diabetes e hipertensión.
Para diagnosticar la disfunción eréctil o impotencia, esta debe persistir durante al menos tres meses. La erección es un proceso neurológico y vascular donde intervienen diferentes mecanismos. Cuando se interrumpe uno de ellos, surgen problemas para mantener el pene erecto. Según los especialistas, existen cuatro tipos de disfunción eréctil:
- Impotencia erigerandi: hace referencia a la imposibilidad de conseguir una erección.
- Impotencia coeundi: ocurre cuando hay una incapacidad para realizar el coito.
- Impotencia generandi: el hombre puede mantener la erección durante el acto sexual, pero presenta problemas de fertilidad.
- Impotencia psíquica: este tipo de disfunción eréctil aparece por factores emocionales en lugar de físicos.
Causas de la disfunción eréctil
Por lo general, la disfunción eréctil o impotencia se debe a anomalías físicas. Sin embargo, también es posible que tenga que ver con factores psicológicos como el estrés o la ansiedad. Las causas más habituales de la disfunción eréctil son:
- Causas vasculares: ocurre cuando el pene no acumula la sangre necesaria para tener una erección. Esto puede estar ocasionado por enfermedades cardiovasculares, la diabetes o la hipertensión.
- Causas neurológicas: se produce una interrupción en la transmisión de órdenes del cerebro al pene. Sucede por lesiones en la médula espinal o tras cirugías como la de próstata o vejiga.
- Causas hormonales: unos niveles bajos de las hormonas sexuales masculinas, como la testosterona, también provocan disfunción eréctil.
- Causas farmacológicas: determinados medicamentos que se utilizan para tratar enfermedades del sistema nervioso repercuten en la capacidad del varón para conseguir una erección.
- Causas psicológicas: el hombre no tiene ningún problema físico, sino que la actividad sexual se ve alterada por trastornos como la depresión, el estrés o la ansiedad.
Síntomas de la disfunción eréctil
El síntoma más llamativo que experimentan los hombres con disfunción eréctil o impotencia es un cambio en la calidad de la erección. Los síntomas más comunes de esta afección son:
- Incapacidad para conseguir una erección.
- Erecciones poco rígidas.
- Disminución de las erecciones matutinas.
- Pérdida de la erección durante el acto sexual.
- El varón llega al clímax más rápidamente o con una erección incompleta.
Tratamientos para la disfunción eréctil
Para diagnosticar la disfunción eréctil o impotencia, el urólogo evalúa en primer lugar los antecedentes médicos y psicológicos del hombre. Además, lleva a cabo una exploración física del sistema genital, urinario, endocrino, neurológico y vascular. Posteriormente, se realizan una serie de analíticas, las cuales varían según los factores de riesgo y síntomas que presente el varón. En función de los resultados obtenidos, el especialista puede recomendar los siguientes tratamientos:
-
Tratamiento farmacológico
En caso de que existan problemas físicos, el tratamiento más habitual consiste en la administración de medicación oral, como el sildenafilo, tadalafilo o vardenafilo. El objetivo de todos ellos es aumentar el flujo sanguíneo hacia el pene, para que el varón pueda lograr una erección. A su vez, el profesional puede aconsejar hacer cambios en el estilo de vida, como practicar ejercicio de forma regular o reducir el consumo de alcohol y tabaco.
-
Tratamiento psicológico
Si la afección se debe a causas psicológicas, el varón tendrá que acudir a terapia. Por lo general, este tipo de tratamiento incluye técnicas de relajación para controlar el estrés y la ansiedad. De esta forma, podrá retomar su actividad sexual normal.
-
Cirugía, bomba peniana o implante
Si los tratamientos anteriores no dan resultado, existen otras opciones para la disfunción eréctil o impotencia, como la cirugía arterial, que permite aumentar el flujo y la presión de la sangre en el interior del pene, o la cirugía venosa, que liga o extrae algunas venas del pene para impedir que salga la sangre. Otras alternativas son la bomba peniana, que facilita la llegada de sangre al pene, y los implantes, que ayudan a que el varón pueda controlar la erección.
Soluciona tu problema en las clínicas IVI
Si crees que tienes alguno de los tipos de disfunción eréctil y deseas consultar con un profesional, en las clínicas IVI estaremos encantados de ayudarte. Nuestro equipo de especialistas con más de 30 años de experiencia en el sector estudiará tu caso y te recomendará el tratamiento más adecuado para ti. Solicita información o una primera visita con nosotros, llamando ahora al teléfono gratuito 900 854 100, o rellena el formulario con tus datos y nos pondremos en contacto contigo. ¡Te esperamos en IVI!
